sábado, 10 de junio de 2017

Un zurdo para no olvidar

Agapito: Un zurdo para no olvidar
Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga

Uno de los mejores zurdos cubanos
en toda la historia
Yasel Porto Gómez

Max Lanier y Agapito Mayor.

   La temporada 1946-1947, de la Liga Profesional Cubana, tuvo su encanto. Quizás haya sido el torneo más disputado, de enorme arraigo popular. Los actores principales fueron zurdos, uno nativo, el otro un norteamericano que había comenzado con el Marianao y pasó al Almendares. El estadounidense Max Lanier (1915-2007) y nuestro zurdo, no se destacaron en las Grandes Ligas, fueron estelares de las Menores; el criollo “esquivó” la Gran Carpa.
   Eleno Agapito Mayor Valenzuela, conocido por Zurdo de Caibarién, nació en Sagua la Grande, Las Villas (se crió en Caibarién), el 18 de agosto de 1919, y falleció en los Estados Unidos, en abril de 2005. En su mejor momento midió 5’11 de estatura y abrazó las 185 libras de peso. Ha sido uno de los mejores pitchers cubanos, con un brazo de hierro que le permitía lanzar con poco descanso.
   Debutó como inicialista, hasta que se necesitó para frenar la ofensiva rival. Su primer triunfo importante fue contra las Estrellas de Miguel, lideradas por Ramón Roger, el principal equipo de la llamada Villa Blanca. En 1930 tiró un doble juego con el conjunto Santa Clara y en los dos encuentros blanqueó a sus oponentes. En 1934 actuó con el Central Algodones, en Camagüey. Recién llegado a ese conjunto, después de un largo viaje desde La Habana, le dio nueve ceros al Santa Clara liderado por Alejandro Oms, en una hora y 10 minutos.
   En 1935, con el uniforme del Cárdenas, ponchó 66 bateadores del poderoso Hershey Sports Club, en una serie amistosa de cinco juegos y el equipo rival se interesó en sus servicios; un paso de avance. Sin embargo, Ñico Ruiz, presidente del Fortuna, se adelantó a los azucareros y condujo ese equipo al título en las campañas de 1936 y 1937, con el también siniestro Daniel Parra.
   En su debut cerró de forma invicta y ganó los cuatro desafíos de la Serie Co-Criolla (Organizadas para enfrentar a los campeones de la Unión Atlética, con la Liga Intersocial de Amateurs de Cuba), frente a la Escuela de Comercio. En 1937 alcanzó el mejor promedio de efectividad en la justa (1,13). En esa liga tuvo el primado de ponches para un juego (17), roto años después por Jiquí Moreno (21) y posteriormente por Evelio Hernández (22), un récord absoluto en el país, solo igualado por Faustino Corrales con el Pinar del Río, del 2000.
   En 1938 asistió a los Juegos Centroamericanos, donde fue brillante su labor (4-0), récord vigente para esos certámenes, además de ser elegido el Más Valioso. Ese año y en 1939, Adolfo Luque lo llevó para el Regimiento 6 del Campeonato de Verano de las Fuerzas Armadas. Poco después, el propio Papá Montero, junto a Alfonso López, le facilitó un contrato profesional con la organización del Boston Braves, en las Menores.
   Participó en catorce temporadas de la Liga Profesional Cubana, con el Almendares y en un torneo independiente. En 1938-1939 (5-4), 1939-1940 (3-2), 1940-1941 (0-3), 1941-1942 (6-2), 1942-1943 (7-6), 1943-1944 (6-6), 1944-1945 (7-3), 1945-1946 (7-10), 1946-1947 (10-4), 1947-1948, con el Alacranes, del torneo independiente de la Liga Nacional (8-11), 1948-1949 (4-2), 1949-1950 (1-5), 1950-1951 (0-2), 1951-1952 (3-4) y 1952-1953 (1-0). Total incompleto: en 308 desafíos, 53 de ellos completos, obtuvo balance de 68-64 (.515), con 314 ponches, 328 bases otorgadas y efectividad de 3,27.
   Apegado a los Alacranes, posteriormente fungiría como coach de ese team. El 31 de marzo de 1940 tuvo una estupenda actuación en la Serie Americana, cuando dejó en solo cuatro incogibles al St. Louis Cardinals, en La Habana. También venció, el 7 de marzo de 1942, al Brooklyn Dodgers, en la capital (4 x 2).
   Desde el comienzo de la campaña 1946-1947, la misma donde el 26 de octubre de 1946 se inauguró con el Gran Stadium de La Habana, hoy Latinoamericano, los Rojos de Miguel Ángel González acariciaban la posición cimera con seis juegos y medio de ventaja sobre los Azules de Adolfo Luque, quienes poco a poco fueron recuperándose, al extremo de alcanzar doce victorias en trece juegos, con una sola derrota, a manos de Sandalio (Potrerillo) Consuegra, con una espesa lechada. Y mientras los Alacranes avanzaban a pasos agigantados, los “escapados” Leones perdían terreno.
   Se jugaba el colofón del torneo, cuando el 24 de febrero de 1947, a solo un juego de desventaja, Agapito Mayor se subió al box y alcanzó la victoria (2 x 1), con jugadas estelares por ambos bandos y marfiladas de consternación. Así el Zurdo de Caibarién dejaría la mesa servida para el partido decisivo, que cerraría con categoría de heroicidad la campaña 1946-1947, entre Habana y Almendares.
   Cuentan que Adolfo Luque llamó a su otro estelar, el zurdo norteamericano Max Lanier, para que lanzara el juego decisivo con solo dos días de descanso, y le ofreció una suma considerable de dinero. El hombre no pudo negarse y se impuso 9 x 2, con 6 hits permitidos. Es por eso que Agapito, junto al receptor Andrés Fleitas y Max Lanier, serían recordados con categoría de héroes.
   Al paso de los años, 1946-1947 se yergue como el torneo más espectacular de la Liga Profesional Cubana, con grandes festejos, alegrías, tristezas y hasta asuntos para reprobar:
El público se desbordó por millares, se abarrotaron los tranvías, se llenaron los bares, se dispararon cientos de los llamados “voladores de a peso”. En una cafetería de Reina y San Nicolás se registró un tiroteo con un balance de varios heridos, lo mismo ocurrió en el paradero de los tranvías de Jesús del Monte, donde hubo otro herido. En Santiago de Cuba se lesionaron dos personas y el colmo fue el “velorio” efectuado en una funeraria de Puentes Grandes, que culminó cuando un simbólico león, fue arrojado en las aguas del río Almendares en una pequeña caja blanca.[1]
   En 1949, el zurdo estuvo en la primera Serie del Caribe con los Alacranes, y alcanzó un balance de tres victorias sin derrotas (1,000), 9 ponches, 2 bases y efectividad de 3,60. Allí resultó líder en ganados y lanzados (3-0), récord que se conserva en la actualidad.
   En 1951 estuvo con los Havana Cubans, de la Liga Internacional. En 12 desafíos, 5 de ellos completos, obtuvo balance de 2-7 (.222), con 37 ponches, 231 bases concedidas y efectividad de 4,37. Agapito lanzó en las Ligas Menores de los Estados Unidos y México, entre 1939 y 1954, donde fue seleccionado el Jugador Más Valioso en varias oportunidades.
   Trabajó en los siguientes equipos: Hartford Bees (1939), Greenville Spinners (1940 y 1941), Springfield Nationals (1940), Ángeles de Puebla (1942, 1943, 1944 y 1947), Diablos Rojos de México (1943 y 1948), Azules de Veracruz (1944), Tecolotes de Nuevo Laredo (1945 y 1946), Sherman-Denison Twins (1948 y 1949), Tuneros de San Luis de Potosí (1948), Shreveport Sports (1950), Greenville Majors (1950), Temple Eagles (1950), Laredo Apaches (1951), Havana Cubans (1951), Texarkana Bears (1952) y Águila de Veracruz (1954). En 1 316 entradas y 214 juegos lanzados, obtuvo un balance de 87-68 (.561) y efectividad de 3,49.
   En México fue líder ponchador en 1945 y 1948, con 156 y 92 respectivamente. Allí estuvo ocho temporadas, entre 1942 y 1954, en los que lanzó 254 encuentros, con balance de 98-76, 762 ponches, 524 boletos y 3,79 de efectividad. Ganó 25 partidos en 1945 y 20 en 1946. Casi alcanzó el no hit no run frente a los Pericos de Puebla, pero El Loco Carrillo le disparó el único imparable en las postrimerías.
   En esa nación había estado en 1936 con el Fortuna, alcanzando 4 triunfos en una sola semana. Venció al Veracruz, Águila y Agrario. De extraordinario talento, declinó participar en 1941 con el Washington Senators, de la Liga Americana, para irse a jugar ante las tentadoras ofertas de los hermanos Pasquel, en México.
   Se desempeñó en Venezuela en 1947, para el Pastora de la Liga Profesional Zuliana. Tras su retiro, fungió como entrenador del Almendares en las campañas 1953-1954 y 1954-1955.
 Liga Profesional Cubana:
JL       JC        JG         JP      PROM     SO        BB        PCL
308
53
68
64
.515
314
328
3,27

-Segundo en juegos lanzados (308).
-Quinto en juegos perdidos (64).
-Sexto, empatado con otros, en temporadas lanzadas (15).
-Décimo en victorias (68).
-En 1941-1942 lideró el porcentaje de ganados y perdidos (.750).
-En 1945-1946 terminó como el más perdedor (10).
Ligas Menores:
JL       JG         JP      SO       BB     PCL
214
87
68
762
524
3,49

(Con documentación de Jorge Figueredo, Severo Nieto, Roberto González Echevarría, Andrés Pascual, Peter Bjarkman, Baseball-Reference.com, Guías del Béisbol Mexicano, Jesús Alberto Rubio, Wikipedia, the free encyclopedia, Carlos Castillo, Tomás Morales, Jaime Cervantes, Ismael Sené, Félix Julio Alfonso López, Yasel Porto Gómez, Adonhay Villaverde Blanco, Fernando Rodríguez Álvarez, Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga, Ángel Torres, y otras fuentes).

Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga.
Mayo de 2017.



[1] Ángel Torres: La Leyenda del Béisbol Cubano. Library of Congress. USA, 1996.

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