lunes, 5 de marzo de 2018


Orígenes Del beisbol: César González Gómez


César González y John Virtue.


Para entender los orígenes del beisbol mexicano, debemos separarlo en un proceso de tres fases: la informalidad, la formalidad y la organización. Es un patrón que se ha repetido no solo en el beisbol mexicano, sino en la mayoría de los países donde se ha estudiado la propagación del beisbol.

La informalidad es un proceso orgánico, como cualquier juego infantil que se pone de moda. Un niño aprende un juego, se lo empieza a enseñar a sus amigos o compañeros de clase, lo empiezan a practicar. Otros niños se acercarán a ver el juego, lo aprenderán, quizás sean invitados a participar, y así empieza a propagarse el juego.

Por esa misma informalidad, existen muy pocos vestigios de la práctica informal del beisbol en sus orígenes.

Esta fase informal solía ser noticia en los periódicos de la época solamente cuando ocasionaban algún incidente, como romper ventanas, faroles en la calle, o daban un pelotazo a un transeúnte.

Por ejemplo, una de las evidencias más antiguas de la práctica del beisbol en Mazatlán la tenemos gracias a una nota que salió en 1890 en un periódico local donde se reportaba la "muerte de un muchacho jugando al base ball luego de recibir un pelotazo".

Dentro de este proceso de informalidad también están los casos de trabajadores estadounidenses que llegaban a México a finales del siglo XIX para laborar en las industrias que comenzaban a despegar como el ferrocarril, las minas, la telefonía, o las obras de infraestructura.

Por ejemplo, en 1882 se registra en la prensa el primer partido de que se tenga evidencia en la Ciudad de México. Se enfrentan empleados de la compañía telefónica, contra los trabajadores de una de las líneas de ferrocarril. Todos en ese partido eran estadounidenses.

Era como un símbolo de comunión entre la colonia americana y de añoranza por su país. Esos partidos entre estadounidenses eran observados por mexicanos, que aprendían el juego, y luego formaban sus equipos para desafiar a los estadounidenses sobre el campo.

Es el mismo caso de San Juan, en Cadereyta, Nuevo León, en 1889. Ese año comenzó la construcción de la vía de ferrocarril que iría de Monterrey a Tampico. Y en el punto de San Juan se construyó el campamento principal donde dormían los trabajadores, ingenieros, y demás, la mayoría, estadounidenses.

El 4 de julio de 1889, los directivos estadounidenses organizaron un festejo para conmemorar la fiesta nacional de su país, y convocaron a la gente de Monterrey para que asistiera. Hubo un partido de beisbol, baile, juegos diversos y demás.

Era el primer partido de beisbol en Nuevo León. Y año con año, ese festejo se fue repitiendo, siempre con un equipo de beisbol y cada vez, ante más gente. Los mexicanos que iban a verlo cada año, aprendieron el juego y formaron sus equipos. Para 1891 ya hay vestigios de equipos jugando en Monterrey con apellidos hispanos.

La formalidad es el siguiente proceso de la cadena. Ya una vez que esos niños y jóvenes aprendieron el juego, y se empiezan a reunir en mayor cantidad, llega el proceso de armar equipos, ponerle nombre. Los más formales incluso llegaban a redactar una constitución con reglas de comportamiento, días y horas de entrenamiento, nombran un organo directivo, etc.

El primer mexicano que he encontrado en mis investigaciones practicando el beisbol fue Primitivo Cásares, en 1858. Era yucateco y lo mandaron a estudiar ingeniería a Harvard. Allá aprende el juego y organiza un equipo, el Lawrence Base Ball Club, con sus compañeros de ingeniería. Redactan una constitución que todavía se conserva en los archivos de la universidad, y Cásares funge como presidente.

Esto es muy significativo, porque en ese entonces, no había una uniformidad en las reglas del beisbol. Había dos variantes, el juego de Nueva York, y el juego de Massachusetts, con algunas variantes marcadas en las reglas.

El equipo de Primitivo Cásares, a pesar de estar ubicado en Massachusetts, juego la variante de Nueva York, y no la de su área. En su constitución dejar por escrito que solo jugarán el juego de Nueva York, y por le costaba mucho encontrar equipos rivales. (http://cuartobat.com/un-estudiante-de-harvard-en-1858-el-primer-beisbolista-mexicano-en-estados-unidos/)

Este es un ejemplo de un equipo que pasa a la formalidad, redacta sus documentos, y lo hace en una fase muy desorganizada todavía del beisbol.

Los otros mexicanos que por esos practicaron el beisbol los conocemos gracias a ese proceso de formalidad. En el área de California por ahí de 1866, 1867 y 1868 había por lo menos una decena de jóvenes procedentes de Sonora, Sinaloa y Acapulco que formaron equipos de beisbol en los colegios donde estudiaban como el Santa Clara College. 

Uno de ellos, por ejemplo, Saturnino Ayón, de Mazatlán, funge como vicepresidente del club, y se afilian a la National Association, el primer esfuerzo en Estados Unidos por registrar a los equipos de beisbol que jugaban bajo las reglas de Nueva York.

Otro ejemplo es Manuel Escudero un muchacho de Nayarit que es enviado al St. Johns College en Nueva York y aparece jugando un partido en varios reportes periodísticos de 1868. Fue compañero de Esteban Bellán que luego se convertiría en el primer latinoamericano en jugar en el beisbol ya organizado.

Dentro de esta fase, el equipo mexicano más antiguo del que se tiene registro ya con un nombre, y jugando partidos de manera formal es el Unión Base Ball Club, de Matamoros, Tamaulipas.

No conocemos los orígenes de este club, pero conforme se ha ido investigando se han encontrado reportes en la prensa local desde 1868, y la mayoría de sus integrantes eran de apellido hispano. El Unión B.B.C cruzaba la frontera para jugar contra equipos de Brownsville, Texas.

Los equipos estadounidenses a los que enfrentaban eran en su mayoría, integrados por militares establecidos en el Fuerte Brown que estaba situado en esa localidad texana. Así que, aunque no lo sabemos con certeza, es muy probable que los mexicanos hayan aprendido el beisbol observando los juegos de los militares estadounidenses y luego se animaron a formar su equipo para enfrentarlos.

En 1885 ya hay reportes de equipos formalizados en Piedras Negras, Coahuila, enfrentando a equipos de Eagle Pass. Equipos formados en Ensenada y en Jalapa, en 1887. Y así se fue encendiendo la mecha del beisbol mexicano, los equipos se formaban gracias a la influencia de trabajadores estadounidenses o de jóvenes mexicanos que regresaban de estudiar en Estados Unidos.

En Hermosillo y en Guaymas, por ejemplo, las fotografías o indicios más antiguos incluyen jovencitos que habían estudiado en California.

Y de la formalidad se pasaba a la organización. Ya una vez que se conformaban los equipos, se buscaban rivales cada vez más competitivos.

En el siglo XIX los periódicos de una ciudad llegaban días después a otra. Y así, por el intercambio de periódicos, se enteraban en la Ciudad de México de que había un equipo formado en Jalapa y lo retaban para jugar un partido, le pagaban el traslado en tren, la alimentación y el hospedaje. Se planeaba todo un acontecimiento social y un baile alrededor del juego.

Conforme se iba sabiendo de la existencia de otros clubes cercanos, nacía el entusiasmo por volverlo una competencia regular. Y así nació el beisbol organizado, ya con torneos o ligas regionales. Para comienzos de los años 1890 ya había en Sonora un torneo regional donde se entregaba una copa, la Copa Sonora, y donde había equipos de varias localidades sonorenses.

Lo mismo ocurrió en Yucatán, donde los equipos de Mérida y Progreso se retaban regularmente.

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